La lesión neurológica

Las personas con discapacidad neurológica pueden tener afectación en zonas cerebrales que coordinan actividades mentales importantes como la memoria, el aprendizaje o el habla, pero  también pueden presentar afectación de forma simultánea en actividades motoras y sensoriales.

Algunas de las principales causas que derivan en una lesión neurológica son el accidente cerebrovascular (ACV) comúnmente llamado Ictus, el traumatismo cráneoencefálico (TCE), las encefalopatías, los tumores cerbebrales, la parálisis cerebral (PC), la enfermedad de Alzheimer (EA), la esclerosis múltiple (EM) o lateral, la ataxia, enfermedad de Huntington, la lesión medular espinal, la enfermedad de Parkinson o el Síndrome de Tourette.

A continuación describimos las lesiones cerebrales más comunes:
El daño cerebral adquirido (DCA) hace referencia a las lesiones no degenerativas que se producen de forma súbita en el cerebro previamente desarrollado. Estas lesiones pueden afectar a cuatro áreas cerebrales distintas: área cognitiva, área emocional y de conducta, área sensorial y área motora, provocando diversos déficits funcionales. (García-Hernández et al, 2013).

Las causas más comunes del DCA son el ACV y el TCE, otras menos comunes son las encefalopatías, las infecciones en el sistema nervioso central y los tumores cerebrales. (Castellanos-Pinedo et al., 2012).
En España hay 12 casos de personas con daño cerebral adquirido por cada 1.000 habitantes (INE, 2008).

La parálisis cerebral (PC) se refiere a una serie de desórdenes permanentes no progresivos en el desarrollo del movimiento y la postura, que puede provocar limitaciones en la actividad normal, que son atribuidos a una agresión no progresiva sobre un cerebro en desarrollo, en la época fetal o durante los primeros años. (Rosenbaum, et al., 2007).
Los desórdenes motores de la PC están a menudo acompañados por problemas en los sentidos, la percepción, procesos cognitivos, la comunicación, el comportamiento, epilepsias y problemas musculares. (Ashwal, et al., 2004).
La incidencia global del la PC es de 2 a 3 casos por 1000 habitantes. (Póo-Argüelles, 2008)

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad neurodegenerativa y crónica que afecta al sistema nervioso central quedando interrumpida la capacidad de conducir impulsos nerviosos.

Los síntomas más frecuentes son: debilidad muscular, fatiga, problemas de coordinación, de equilibrio y espasticidad o rigidez muscular entre otros.
En España, la incidencia de la EM media es de 40 a 50 casos por cada 100.000 habitantes y se estima que hay 47.000 casos de EM (Consejería de Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid, FEMM Y ADEMM, 2015).

La enfermedad de Alzheimer (EA) es de tipo neurodegenerativa, se caracteriza por la pérdida progresiva de la memoria a corto plazo, acompañada de déficits cognitivos importantes y desorientación tanto en el espacio como en el tiempo; originados por unas lesiones cerebrales peculiares, como son las placas seniles y los ovillos neurofibrilares.

La incidencia del Alzheimer aumenta con la edad, entre los 65 y los 70 años se dan entre 1 y 3 casos por cada 1000 habitantes al año; aumentando entre 14 y 30 nuevos casos al año por cada 1000 habitantes entre los 80 y los 85 años, y siendo mayor el número de casos mujeres. La prevalencia de Alzheimer en España se sitúa alrededor del 6% para personas mayores de 70 años y representa el 70% de los casos de demencias (Grupo de trabajo de la Guía de Práctica Clínica sobre la Atención Integral a las Personas con Enfermedad de Alzheimer y otras Demencia, 2010).